viernes, 17 de octubre de 2008
En el medio de la suerte.
Alucinante. Esto es alucinante. Estas cosas no suceden todos los días, así que tratemos de disfrutarlo porque uno no sabe si algo así podrá volver a repetirse.
Las entradas del concierto del día anterior en Salamanca, se acabaron en apenas una hora, y en la Riviera, lo acontecido fué de tal magnitud que todavía no puedo ni creérmelo. Han pasado ya más de 48 horas y aún sigo preguntándome si lo que sucedió el pasado viernes fué real o se trata de "el sueño más maravilloso que jamás he tenido". Durante las próximas líneas trataré de ordenar mis pensamientos para explicaros todo lo sucedido desde mi punto de vista. Eso sí, os pido que intentéis imaginaros que quien os cuenta esto no es quién es, sino simplemente una más de las miles de tortugas que allí estaban y que han logrado que esta aventura se haya convertido en una de las más increíbles de la historia de la musica pop de este país, y de que hayamos conseguido de verdad y con mucho esfuerzo, que nadie se haga el camino sin suerte...
Respiramos hondo. Tragamos saliva. Comenzamos.
Las noches anteriores apenas pude dormir. Mi voz amanecía resentida por ello pero las ganas y una energía desconocida me impedían venirme abajo. Estaba tan ansioso por que todo sucediera, que me invadió un extraño estado de anestesia que hacía que me sintiera infinitamente más grande de lo que en realidad soy. Los datos de venta de entradas hacían prever que la sala finalmente se llenaría, pero hasta que no lo tienes delante, hasta que no lo ves, uno no termina de creérselo. Y aún así te cuesta tanto imaginar que algo tan extraordinario haya sucedido que no puedes evitar pensar que todo esto no es más que una alucinación.
Asistentes. Cuando se hace un concierto así, se convoca a todos los medios de comunicación, esponsors, compañías de discos, promotores y demás agentes relacionados con el medio para que acudan al evento. Así que la convocatoria se hace, aunque lo realmente difícil es que vayan de verdad. Pues bien, el viernes pasado os puedo asegurar que estaba T-O-D-O E-L M-U-N-D-O. La llamada zona VIP se quedó realmente pequeña y tuvimos muchos problemas de espacio.
Todo el mundo alucinó. Todo el mundo. El personal de sala, los invitados, los amigos, los actuantes, los foreros...hasta un ciego se habría dado cuenta de que aquello no era normal. Si tuviera que quedarme con alguno de los comentarios que escuché tras el concierto, lo haría sin duda con el de uno de los invitados. Se trata ni más ni menos que de un máximo directivo de una de las compañías de discos más importantes del mundo (estaban representantes de todas las multis esa noche). Sus palabras al salir de la sala fueron: "en 20 años que llevo en la industria de la música nunca había visto algo así". Tela.
Volvió a pasar. Nosotros seguimos todos los pasos. El guión establecido. Lo preparamos todo para que luego no tengamos problemas con el equipo de sonido. Es sencillo, para actuar, necesitas poder escucharte. Sólo eso. Sí, sí. Ya en el primer acorde me quedé sordo. Apenas podía escuchar la batería, que tan sólo estaba a 50 cm detrás de mí. Tengo que volver a hacerme una audiometría. Se lo advertí al técnico de monitores: "cantan muy fuerte", pero no me hizo demasiado caso. ¿El resultado? Lo de siempre. No me oía. Es mi sino. Me encantaría hacerlo mejor pero tengo este problema. ¿problema?¿qué problema? Maravilloso y bendito inconveniente. No puedo escucharme porque la gente canta tan alto que anulan todo lo demás. Es normal, son 2500 contra 5. No sé si hay mucha más gente a la que le sucede esto, pero yo no conozco a nadie. Tengo mucha suerte.
Detrás de la tela. Los instantes previos a la caida del telón han sido de los más intensos de mi vida. No recuerdo ningún momento anterior en el que el corazón me latiera tanto y tan fuerte. Y cuando lo he comentado con los chicos (Jordi, Serginho, Pedro y Luis), me han dicho que sintieron algo parecido. Llevábamos muchos meses currando para ese día, y los nervios estaban a flor de piel pero cuando la tela cayó y dejó ver lo que había detrás, sencillamente nos quedamos alucinados. Increíbles.
Debería dar las gracias. Es lo habitual en estos casos. Lo que suele hacerse. El afortunado da las gracias a quienes se sabe que le han otorgado la fortuna, es decir, a vosotros. Yo no pienso hacerlo. A mí eso me parece demasiado poco. Prefiero transmitiros otro mensaje. Dos palabras: buen trabajo. Vosotros también sois parte de mi equipo y como claro responsable de este proyecto considero que un simple "gracias" no haría justicia a todo lo que habéis hecho. Sois el departamento de promoción más grande del mundo. Las compañías de discos se gastan millones y millones de euros en conseguir lo que vosotros habéis logrado sólo con repetir una sencilla frase entre vuestro círculo de amigos: "mira escucha esto a ver si te gusta". Así de simple. Menuda lección de marketing.
Mas gente fuera que dentro de la sala. Desde el viernes hasta hoy, más de 20000 personas han entrado a nuestro espacio de youtube. En La Riviera éramos 2500. No me salen las cuentas.
Conclusiones de lo del viernes.
Una. No somos ni mejores ni peores que antes, pero sí un poquito más fuertes. Dos. El mensaje que defendemos, funciona: la gente quiere canciones, por encima de cualquier otra cosa. Y si algo le gusta, lo defiende a muerte. No hay crisis que valga para algo tan grande. Tres. Ya estábamos tremendamente orgullosos de vosotros, pero después de lo de La Riviera no podemos sino quitarnos el sombrero ante tal lección de lealtad y nobleza. Pocos artistas cuentan con un patrimonio semejante.
Cuatro. Volveremos a retomar la gira por todo el país y pasaremos de nuevo por Madrid antes de que acabe la primavera. Espero que sea entonces cuando pueda dar un concierto al que puedan entrar los menores, y también que entendáis que hay cosas que no dependen de nosotros.
Resolviendo algunas dudas.
Una. Había más artistas invitados, pero la mayoría tenían concierto esa noche. Dos. Antonio Orozco quiso cumplir la promesa que me había hecho y se subió conmigo al escenario a pesar de estar enfermo. Espero que esto aclare algunas dudas sobre su actuación. Es muy grande. Tres. Para la grabación del videoclip de "Por el miedo a equivocarnos" se tomaron imágenes durante todo el concierto, pero en el momento de la canción todas las cámaras apuntaban al escenario para tener la mayor cantidad de planos posibles del grupo. No fué un capricho, sino que el realizador del clip lo planteó así.
Una última cosa. Sé que todo lo que nos está sucediendo tiene mucho de ver con el esfuerzo y la constancia que ponemos en las cosas, pero también soy muy consciente de que nada de esto dería posible sin vosotros. Así que mis pies siguen estando en el suelo. Eso sí, si en este momento alguien me preguntase que en qué momento de mi vida me encuentro, mi respuesta sería clara: en el medio de la suerte.
Un beso para todos.
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